Querido mío, este pequeño espacio quiero dedicártelo hoy a ti, quiero agradecerte por estar en mi vida. Por ser quien más me ha apoyado en estos meses duros para mí, tu apoyo ha sido la mejor muestra de cariño. Quiero agradecerte por darme cada día el mejor día. Porque sin duda lo que hoy has hecho por mí, nadie lo haría.
Muchas gracias por estar presente en los sueños que realizo, en los problemas inesperados, en mis momentos tristes y felices, en mis juegos de infancia, en mis fiestas de adolescencia, y en mis decisiones de adulta. Por ser mi primer gran amor, y por estar siempre conmigo incondicionalmente.
No te imaginas la felicidad que me embargó con la noticia, y con la particularidad hermosa que me la diste, realmente me sorprendiste. Fuiste como un globo de helio que me elevo hasta el azul del cielo, y me saco del gris y oscuro vacío.
En este momento es inevitable que sienta una gran admiración por ti, porque eres un gran hombre, y tengo la suerte de tenerte en mi vida.
Gracias por soportar mis defectos y tolerar mis humores, y por sobre todo, por seguir amándome y hacerme inmensamente feliz.
Te adoro profundamente.
Y cómo siempre, más que palabras...
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